07 Bardenas 54 Km

Siguiendo con el recorrido por toda la geografía Navarra esta ruta nos adentra en las Bardenas. El espectacular paisaje desértico de las Bardenas contrasta con la frondosidad del norte o la abundancia de las cuencas de la zona media de Navarra. 
Mapa y perfil de la ruta
Track ruta Bardenas 54 Km
A priori se trata de una ruta para disfrutar por los poco más de 500 m de desnivel que vamos a afrontar en los 54 Km de recorrido bardenero. Bueno, pues a pesar de todo me llevé una paliza considerable.
Los lugares destacados que podremos visitar en este recorrido son la ermita de la Virgen del Yugo, que además es nuestro punto de partida y que nos ofrece un excelente mirador del entorno, Castildetierra, el Mirador de Aguilares y el Castillo de Peñaflor.
Dado que amanece lloviendo, además de que llevamos varios días de agua, opto por buscar terreno seco y buena temperatura por el desierto de las Bardenas. En cuanto llego compruebo que ha sido un acierto porque la temperatura es más que agradable.
Vistas de la Ribera desde la Ermita de la Virgen del Yugo

La partida la hago desde la Ermita de la Virgen del Yugo en dirección a las instalaciones de Senda Viva que se bordea por su parte alta. Desde el alto se tiene una bonita panorámica de la ribera y de parte de las Bardenas. 
Senda Viva desde las alturas

Debe ser que el camino original se lo ha tragado el parque y han hecho uno para cubrir el expediente, pero que no facilita la circulación. Tras bordear Senda Viva bajamos por un camino con mucha piedra suelta y finalmente llegamos a la carretera que nos lleva al Centro de Información de las Bardenas, después de superar un repecho por asfalto.
Bajando de Senda Viva

Poco después de pasar junto al Centro de Información se llega al alto, donde se encuentra el Mirador del Alto de Aguilares.  
Las Bardenas Reales son el mayor de los tres parques naturales de Navarra. Una inmensidad que se hace patente cuando uno se adentra en ella. El paisaje de las Bardenas ha sido creado por la erosión del viento y del agua.
Vistas desde el Mirador del Alto de Aguilares

El Mirador del Alto de Aguilares se encuentra en la puerta de entrada de las Bardenas, con unas excepcionales vistas de la Bardena Blanca. En un primer término, se aprecian sus rasos salpicados de cerros, con su máximo exponente el cabezo de Castildetierra. Y al fondo, si el día está despejado, aparecen los Pirineos. En la otra vertiente se divisa una panorámica de la vega del Ebro con el Moncayo al fondo.
Enseguida de empezar a bajar se abandona el asfalto, que lleva hasta el cuartel militar, y se coge un camino que nos adentra en la Bardena Blanca. Las Bardenas están salpicadas de pequeñas cabañas testimonio, imagino, de lo que un día fue la trashumancia en Navarra.
Cabaña típica bardenera con Castildetierra al fondo

Lo primero que vamos a encontrarnos es el cabezo de Castildetierra, impresionante monumento tallado por la erosión del agua y el viento, y que se ha convertido en el símbolo del parque.
Castildetierra

Tras admirar este monumento natural seguimos el camino que bordea el polígono militar completamente.
Camino perimetral del polígono de tiro
Bordeando el polígono tenemos varias estampas típicas de la bardena.

Pasamos por la puerta del cuartel militar que se sitúa junto a un cabezo similar a Castildetierra.

Se continúa bordeando el polígono deleitándonos con estos parajes que le hacen a uno sentirse en la luna. Se llega a un lugar, de parada obligada para los que recorren el parque en coche, donde tenemos la bifurcación y se coge una solitaria senda que se adentra en el cañón que forman la Ralla y el Rallón.
Senda con el Rallón al fondo

La espectacularidad del paisaje aumenta conforme vamos avanzando en esta ruta. La belleza del cañón es asombrosa, con unos imponentes acantilados a ambos lados y recorriendo una entretenida y exigente senda, puesto que va en ascenso y además está muy rota.
Senda en el valle entre la Ralla y el Rallón

Hay que tener en cuenta que en algunas épocas del año este tramo está cerrado ya que se trata de una zona de anidamiento de aves. Y por supuesto, tener en cuenta que se trata de un parque natural por lo que se debe respetar en todo momento el entorno, y no ponerse a dar voces como estuvo algún inconsciente, por no llamarle de otra manera, durante más de cinco minutos descendiendo del Rallón. Cuando se ven este tipo de comportamientos se entiende que dado el poco respeto que algunos tienen por los lugares en los que se encuentran, al final las prohibiciones las pagamos todos.
El Rallón

Al llegar a la parte más alta se encuentra una panorámica impresionante que asombrará a todo el que se adentre aquí por primera vez.

Voy en busca de la Senda del Ciervo, de la que he leído mucho en Internet, y que me acojona un poco afrontar esa bajada.

La senda del Ciervo
La senda del Ciervo desde arriba

La Senda del Ciervo vista desde abajo
La bajada por la senda del ciervo desde las alturas impone bastante. Pero si hago una larga parada antes de afrontarla no es solo para ganar el arrojo suficiente para hacerla, sino para deleitarme durante un momento de las vistas que se tienen desde arriba.
El comienzo de la bajada es lo más complicado pero despacio y con precaución, para los que no somos expertos en descenso, se puede hacer completamente. 
Tras esta vertiginosa bajada vamos a recorrer una entretenida senda por este paisaje lunar. Esta semana ha llovido durante varios días pero a pesar de que hay un poco de barro en algunas zonas, se atraviesa sin ninguna dificultad.

Tras una corta pero muy pronunciada bajada cambia el entorno y encontramos que el agua ha tallado el terreno y la senda bordea el pequeño cortado que ha formado el arroyo. Aquí también hay que andar con cuidado porque algunos tramos se encuentran desprendidos.

La senda se termina cuando se encuentra con el camino que bordea el polígono de tiro y que se sigue, a buen ritmo, hasta casi llegar a Castildetierra nuevamente.
Castildetierra al fondo
No obstante, pocos metros antes tomamos un desvío que baja a la vega para cruzar el arroyo que supongo debe estar seco la mayor parte del año. Hoy, debido a las lluvias recientes, el agua y sobre todo el barro, dificultan el paso, pero buscando el lugar con menos barro se cruza sin problemas.

Se badean un par de barrancos con agua y el paisaje cambia por completo. Dejamos atrás los parajes áridos, desérticos y lunares para entrar en una zona con cultivos y con un entorno mediterráneo dominado por arbustos y algún que otro pino carrasco.
Al llegar a un corral se entra en un bonito sendero que nos lleva hasta el Castillo de Peñaflor, o al menos a las cuatro piedras que quedan de sus ruinas. El Castillo se alza en un erosionado cabezo y parece inexpugnable.
Colgado de un cerro, en medio del vedado de Eguaras, las ruinas del Castillo de Peñaflor componen una de las estampas típicas de las Bardenas, donde, según la leyenda, estuvo prisionera doña Blanca de Navarra, por no querer casarse con el príncipe de Aragón. Esta precaria fortaleza fue construida por Sancho el Fuerte en el siglo XIII con el fin de reforzar la frontera navarro-aragonesa, y de combatir las partidas de bandidos que asolaban estas tierras.



Desde aquí ya sólo me quedan unos pocos kilómetros para llegar al punto de partida en la Ermita de la virgen del Yugo. Sin embargo el final es lo más duro ya que la subida a la Ermita, de unos 2 km, se atraganta. Cómo ya sabía lo que había como final de ruta, desde el Castillo voy guardando fuerzas para intentar subir al Yugo sin que se me salga el corazón por la boca. Aún así, la subida se me hace dura, y eso que desde la distancia tampoco parece que sea algo especialmente difícil.
Ermita de la Virgen del Yugo
La ermita de la Virgen del Yugo se encuentra ubicada a modo de balcón asomando a las Bardenas. Se trata de una construcción del siglo XVII de estilo gótico-renacentista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario