Vuelta Navarra 4 Sangüesa-Isaba

Distancia: 79,2 km
Velocidad media: 12,9 km/h
Hora de inicio: 7.15 h
Hora final: 16.00 h
Tiempo sobre la bici: 6 h 09 min
Desnivel positivo: 1.926 m

Y llegó el día que tenía que elegir. Para esta etapa tenía 2 alternativas, continuar por la Cañada de los Roncaleses y subir la Sierra de Leyre, o irme por la Foz de Lumbier. Cuando diseñé la ruta tenía claro que mi opción era seguir fielmente la Cañada y subir Leyre, pero estuve leyendo los comentarios de la gente que había hecho esta ruta y sabía que eso significaba tener que empujar la bici durante un buen trecho. Esta variante también tenía el aliciente de acercarme hasta Javier y honrar no tanto al patrón sino más bien a toda la familia Jaso y su lucha por la defensa de Navarra. Claro está, que la otra alternativa, además de ser mucho más llevadera también era de gran belleza. Llevaba desde que empecé la ruta dándole vueltas sin terminar de decidirme por ninguna de las dos variantes pero después de haber subido ayer a Peña y lo que me supuso de empujing me decidí por la opción más fácil aunque también era la que más conocía.

He de decir, que una vez terminada la etapa creo plenamente que acerté con la elección ya que la etapa me iba a ofrecer emboscadas suficientes como para no echar de menos la subida a la Sierra de Leyre.

Como de costumbre me levanto temprano y para poco más de las 7 de la mañana ya estoy subido en la bici recorriendo las calles de Sangüesa.

Castillo de Sangüesa
Salgo de Sangüesa por la orilla del río Aragón, sin cruzarlo, pasando por una zona de huertas de recreo. Al llegar la la variante, subo unas escaleras para cruzar el Aragón por el nuevo puente y seguir la carretera hasta Liédena, habiendo cruzado nuevamente el río, aunque esta vez se trata del Irati que se unirá al Aragón poco antes de llegar a Sangüesa.

Río Aragón

Liédena
Nada más llegar al pueblo encontramos la Vía Verde del Irati, aunque en realidad ya he recorrido parte de la antigua ruta de este tren desde mi salida de Sangüesa. El Irati, ferrocarril que unía Pamplona con Sangüesa, fue una línea de vía estrecha de 58 km que recorría las comarcas de Pamplona, Aoiz y Sangüesa. Operó desde 1911 hasta 1955 y fue el primer tren eléctrico de pasajeros de España.

Liédena. Antigua estación del tren del Irati
Como todas las vías verdes, se trata de un camino muy cómodo y rápido para circular. Aunque yo voy pausadamente ya que todavía me estoy desperezando a estas horas tan tempranas de la mañana.
Vía Verde del Irati
No se tarda mucho en llegar a uno de los enclaves más espectaculares de Navarra, y mira que mi tierra tiene lugares increíbles. Se trata de la Foz de Lumbier. Antes de cruzar el primer tune y entrar propiamente en la foz, aparco la bici y me acerco hasta el Puente del Diablo. Hay que tener cuidado al acercarse ya que el puente está destruido y puede llegar a ser un poco peligroso, y lo cierto es que el lugar impresiona.
Camino hacia el Puente del Diablo

Restos del Puente del Diablo

Vistas desde el Puente del Diablo

Es una pena que fuera destruido porque las vistas de la foz desde el puente tenía que impresionar a todo el que lo cruzara. Por este puente cruzaba el Camino de Santiago Aragonés hasta que fue destruido por las tropas francesas en 1812, dentro de la guerra de Independencia.

Tras el encuentro con el Diablo es hora de seguir ruta atravesando el túnel de entrada a la foz. 

Túnel de entrada a la Foz de Lumbier
Una vez dentro el entorno de la foz empequeñece y estremece. Es un lugar para recorrerlo tranquilamente observando todo lo que nos rodea. 

Foz de Lumbier
Impresiona la foz pero también la manera en que el camino ha sido excavado en la propia roca y como parece que la pared se le va a caer a uno encima. Además, como es todavía temprano tengo el privilegio de encontrarme totalmente solo, lo cual todavía hace la experiencia más gratificante.

Tras dejar atrás la foz enseguida se llega a Lumbier, aunque no llego a entrar en el pueblo, ya que sin cruzar el río voy junto a su vera pasando por el camping y junto a los puentes que, cruzando el río Salazar, suben hasta el pueblo. El río Salazar se une el Irati poco antes de entrar en la foz de Lumbier, así que en unos pocos kilómetros hemos llegado a cruzar tres ríos distintos aunque todos van uniendo sus aguas.

Lumbier. Puente de las cabras.
Lumbier. Puente de Sielva
Continúo junto al río Salazar en dirección a la foz de Arbayún y observo los restos de la Torre de vigilancia de San Gregorio en la distancia, al otro lado del río, y por la que no pasaré. 
Lumbier. Torre de San Gregorio
La panorámica que me rodea es para disfrutarla, dominada por la Sierra de Leyre en la que se observa la cicatriz que forma la Foz de Arbayun a la que parece que voy derecho.
Sierra de Leyre

Foz de Arbayun
Cuando parece que el camino se va a adentrar en la foz de Arbayun la ruta cruza el río Salazar. Y es que en realidad, al contrario que en la foz de Lumbier, en la de Arbayun no hay camino que lo recorra. Pensaba que me encontraría un puente para cruzar el río pero en realidad lo que me encuentro es un vado que supongo será difícil de cruzar en algunos momentos del año.
Vado en el río Salazar
Enseguida de cruzar el río llego al pequeño pueblo de Usún, donde cogeré la carretera NA-2161 hasta que un camino, a mano izquierda, me va a conducir al despoblado de Adansa. Conocí este despoblado de casualidad cuando buscaba caminos para hacer esta ruta y aunque me tenía que desviar ligeramente para verlo por las fotos que vi creí que merecía la pena. Y la verdad que la visita no defrauda sino que más bien impresiona. Se trata de los restos de un pueblo colgado en una colina sobre el río Salazar y con unas bonitas vistas del entorno.

Despoblado de Adansa
Parece mentira que hoy en día cualquiera de nosotros quisiéramos vivir en un entorno con estas vistas, y sin embargo, este pueblo fue completamente abandonado. Me tomo un buen rato recorriendo el pueblo y disfrutando de lo que voy viendo antes de dar media vuelta, volver a la carretera NA-2161 y seguir la ruta.

Al llegar a Romanzado cojo un camino que enseguida desemboca en la carretera NA-178.

Romanzado

Camino de salida de Romanzado
La carretera va en ascenso hasta llegar al alto de Iso donde cojo el desvío por la antigua carretera que me llevará al mirador de Iso, donde se tiene una espectacular panorámica de la foz de Arbayún.
Foz de Arbayún
Aprovecho la parada para tomar un breve tentempié. Al continuar la marcha, bajando el puerto, se puede ver a mano izquierda, en un alto, el despoblado de Iso.
Despoblado de Iso
Continúo por la carretera y en el cruce que lleva a Bigüezal puedo ver el antiguo puente que ya perdido su uso.
Puente en el cruce de Bigüezal
Al llegar a Navascués cambio de carretera para coger la NA-214 que sube hasta el alto de Las Coronas, por donde pasa la Cañada de los Roncaleses. Para mi sorpresa en Navascués no hay bar ni nada así que no puedo hacer una parada para retomar fuerzas.
Navascués. Iglesia parroquial
La subida no es excesivamente dura pero si bastante larga. Antes de llegar al alto cojo un camino a mano izquierda que enlazará enseguida con la Cañada. Me sorprende lo cómodo que es el camino ya que me esperaba que fuera bastante más duro.
Y además el entorno es muy bonito por lo que es un disfrute dar pedaladas.
Voy muerto de hambre pero viendo lo que me rodea me olvido del hambre y de lo cansado que voy y solo puedo ir disfrutando del recorrido y sintiéndome afortunado de lo que voy descubriendo.
Este encantamiento termina cuando dejo el camino para coger una senda, señalizada como recorrido btt, que me llevará hasta Vidángoz, menuda encerrona!!!
No sé a quién, ni en qué momento se le ocurrió al alguien señalizar esta senda como ciclable porque no es que sea un auténtico camino de cabras, es que la falta de mantenimiento hace que no se pueda pasar ni andando por lo cerrado del camino, la de árboles que hay caídos y porque el camino está intransitable para bicicletas. Me parece mal que esto se señalizara como ruta de bici pero me indigna enormemente más que no se haya quitado la señalización para evitar que alguien se pueda meter por esta encerrona y tener algún accidente. Tal es así que voy a eliminar este tramo y buscar un recorrido alternativo para que nadie lo tenga que pasar tan mal como yo lo pasé. Acabé bastante encabronado, entiendo que cuando uno diseña una ruta por su cuenta puede encontrarse con caminos imposibles pero lo que no me parece normal es que un camino señalizado como ruta de bici acabe resultando una pesadilla y no porque sea cuestión de técnica sino porque realmente sea imposible pasar.
Llego a Vidángoz y hago una larga parada para descansar, reponer fuerzas y dar tiempo a que se me pase el cabreo.
Vidángoz
Mientras estoy descansando junto a la fuente en el frontón soy testigo de una escena que me hace mucha gracia. Al llegar al frontón me encuentro a 4 chicas con palas pero sentadas en el poyo junto al frontón. A la que ven llegar a los chicos con un balón de futbol se ponen a jugar. Los chicos intentan hacerse un hueco pero las chicas no les dejan así que cuando a las chicas se les va la pelota lejos los chicos se meten y juegan diez segundos. Es como el juego del gato y el ratón, no se dicen nada pero los unos intentan echar a los otros. Después de unos quince minutos las chicas se cansan, y un minuto después los chicos también así que se hace la paz y todos se sientan juntos a hablar en el poyo.
He de agradecerles el buen rato que me han hecho pasar y olvidar las amarguras de la encerrona que acababa de tener.
Me cuesta ponerme en marcha por el calor que hace y porque sé que me espera una larga subida, habrá que ver como de dura es. Nada más salir del pueblo veo que hay una piscina natural en el río. Una pena no haberlo sabido antes si no me hubiera venido a descansar aquí un rato.
Van a ser 10 km de constante subida que se irá complicando a medida que avanzo, con 650 m de desnivel positivo, una pendiente media del 6% con tramos de más del 20%. No solo las rampas más duras se encuentran al final sino que el camino también se va a estropear conforme voy subiendo así que el último kilómetro lo tendré que hacer arrastrando la bici.
Una vez llego a lo más alto hay unos kilómetros de continuos sube y bajas antes de emprender definitivamente el descenso hacia Isaba. Las vistas durante estos kilómetros por las cumbre son impresionantes.
Al hacer cumbre encuentro la GR-11 que seguiré hasta Isaba alternando sendas y caminos.
GR-11
La última bajada es espectacular y en el tramo final muy técnica con giros de 180º y tramos muy complicados donde hay que tener mucha habilidad en la bici para completarla sin bajarse.
El primer tramo de bajada se hace entre un túnel de hayas de gran belleza en el que se puede disfrutar enormemente ya que tampoco es muy complicada. Y además, con el calor que hace se agradece entrar en una zona de sombra. Desde los claros que se encuentran se pueden ver unas grandes vistas de los alrededores.
Ya solo queda el tramo final de bajada, que cambia de vegetación y de dificultad. El camino se vuelve senda y la amplitud del camino se transforma en complicación ya que la senda va esquivando los numerosos árboles. A la cantidad de giros de 180º hay que sumarle los tramos de dificultad y gran pendiente. El descenso se hace muy largo, tan largo que tengo que parar en 2 ocasiones para descansar las manos del esfuerzo que supone ir frenando todo el rato. 
Descenso final hasta Isaba
En caso de hacer esta ruta en sentido contrario me parecería imposible subir por aquí, por la pendiente de la subida, lo complicado del sendero y lo largo del ascenso.
En la última parada durante la bajada para descansar las manos ya alcanzo a ver Isaba.
Isaba
Finalmente llego a Isaba poco después de la hora de comer y tras haber completado una dura etapa.
Isaba











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