01 Bertiz-Bidasoa

La ordenación de las rutas es totalmente aleatoria por lo que no significa particularmente nada que esta sea la primera de las rutas para descubrir los lugares más interesantes de Navarra. 
Esta zona en concreto la desconozco totalmente con la bici. Si que he estado más de una vez de visita en plan dominguero y por eso creo que es una de las zonas que bien merece una escapada.
El comienzo y final de la jornada lo he planteado en el Señorío de Bertiz. En primer lugar porque se merece una visita después de realizar la ruta y lo segundo porque creo que es una zona de fácil localización y aparcamiento.
Mapa de la Ruta Bertiz-Bidasoa
Además del propio Señorío de Bertiz, los lugares de especial interés localizados en esta ruta son la Torre Jaureguia en Donamaria, la Reserva Natural de San Juan Xar y la Vía Verde del Bidasoa en todo su recorrido.
Si he de resumir esta ruta la definiría como verde, con rampones y un paseo fluvial final.
Aunque son ya prácticamente las 12 de mediodía y para hoy las predicciones decía que se sobrepasarían los 20º C, apenas se llegan a los 10º y todavía hay bastante niebla baja. Salgo de Oronoz-Mugaire por la carretera NA-1210 hacia Oiregi, donde tomo un camino hormigonado a la izquierda que me lleva a pasar bajo la autovía y, en paralelo a ella, llegar a Legasa.
Legasa
Tras pasar Legasa las piernas empiezan a calentar con la primera de las cuestas que no es que sea excesivamente dura, más teniendo en cuenta lo que nos vamos a encontrar después. La subida termina al llegar a Gaztelu.
Gaztelu
A continuación encontramos un cómodo y bonito descenso para ir en busca de la Torre Jaureguía en Donamaría. El cómodo camino asfaltado se convierte enseguida en otro de tierra y luego prácticamente en una senda.
Gaztelu
La niebla se va disipando y la temperatura va ascendiendo lentamente ya que el día está totalmente despejado y permite admirar los bonitos paisajes y montañas que se encuentran en la ruta. A pesar de que este verano ha sido especialmente seco y lo que llevamos de otoño no ha traído lluvia, la panorámica es totalmente verde e impresionantemente bella. Todavía en la lejanía, se contempla el monte Mendaur por cuyas faldas circularé más adelante.
Vistas al monte Mendaur
La Torre Jaureguia es una típica torre de linaje montañesa del siglo XV, restaurada y situada en la entrada del pueblo de Donamaria. Su peculiar arquitectura la hace única entre las construcciones propias del siglo XIV y XV.
Torre Jaureguía
Tras admirar la torre nos vamos a encontrar el primero de los ascensos que nos van a hacer exprimir nuestras fuerzas. Pasamos por Oitz en una subida de 3 km con una pendiente media del 7% y que termina en una zona de palomeras. Está claro que es temporada de caza puesto que encuentro a los cazadores almorzando en una borda. Tras pasar las dos primera palomeras se desciende por un camino que me cuesta localizar. Se trata de una camino un poco escondido y con gran pendiente.
Descenso desde las palomeras
Pero si me ha costado encontrar este camino, todavía me va a costar más localizar la senda que me va a llevar hasta Ituren. Esta senda es un poco técnica en algunos tramos pero se puede bajar con un poco de cuidado.
Ituren
Se deja atrás Ituren para subir a las faldas del monte Mendaur que vamos a bordear durante un buen tramo. La subida es brutal, por lo menos a mi me dejó totalmente exhausto. Se trata de una subida de 3 km con un 14% de pendiente media aunque nos vamos a encontrar varios tramos con rampas de 20% por lo que incluso cuesta esfuerzo mantenerse sobre la bici. Logro no tener que bajarme de la bici serpenteando sobre el camino de hormigón. En el último kilómetro desaparece el asfalto y el camino de tierra todavía dificulta más el avance.

Una vez superadas les exigentes rampas la subida no ha terminado ya que entramos en una bonita zona que bordea el monte Mendaur pero por terreno que continúa ascendiendo aunque de manera más cómoda. Por el camino vamos a ir descubriendo bellos parajes que bien merecen una pequeña parada.

Finalmente se llega al final de la subida en otra zona de palomeras con espectaculares vistas, desde donde comenzaremos el rápido descenso hacia Arantza.
Monte Mendaur
Con la paliza que ya llevo encima se agradece un descenso cómodo para retomar algo de fuerza y también deleitarse con el paisaje.

Apenas hago un pequeño descanso en Arantza para hacer alguna foto ya que me había aprovisionado de agua previamente en una fuente que encontré recorriendo las faldas del monte Mendaur.
Arantza
El camino de salida de Arantza resulta estar empedrado, aunque no se si se trata de un camino histórico o una pavimentación reciente. Lo cierto es que, aunque dificulta enormemente el paso en bicicleta, el camino es realmente bonito, como si se tratara de una calzada romana.
Arantza. Calzada
Arantza. Calzada
A continuación circularemos por la vera de un río que no acierto a saber cual es. Al principio recorreremos un cómodo camino hasta que nos encontremos con la carretera NA-4020. Esta carretera no tiene apenas tráfico y recorre un entorno de gran belleza, incluida la Reserva Natural de San Juan Xar.
Reserva Natural de San Juan Xar

La Reserva Natural de San Juan Xar es una reserva que atesora el único bosque de carpes (Carpinus betulus), también conocidos como abedulillos, de la península. Y, en el corazón de esta selva primigenia, una gruta-ermita con una fuente de tres chorros que se convierte en cuatro los años lluviosos y cuyas aguas, se dice, tienen milagrosos poderes curativos contra afecciones de la piel.
Al llegar a una curva cerrada donde comienza una cuesta hay que encontrar un escondido camino que nos lleva hasta la localidad de Igantzi. Durante unos 100 metros se trata de un camino empedrado, da la sensación de que fuera la continuación de la calzada que encontramos en Arantza, y nos obliga a bajarnos de la bici y empujarla para superar este tramo de gran pendiente.
Calzada en las inmediaciones de Igantzi
Esta calzada es engullida posteriormente por un camino asfaltado, aunque en la propia localidad de Igantzi se pueden contemplar algunos tramos más de la misma. Había pensado en modificar el recorrido para no pasar por este tramo y evitar tener que bajarse de la bici pero creo que aunque suponga un sobreesfuerzo merece la pena recorrer este tipo de caminos con tanta historia.
Igantzi
El entorno es espectacular pero vamos ascendiendo, aunque nada más abandonar Igantzi la subida termina y empezamos un bonito descenso hacia Lesaca. Bajamos junto a un arrollo que incluso tenemos que llegar a vadear en algún momento por un bosque de gran belleza y que me hace olvidar momentáneamente el cansancio acumulado.
Camino hacia Lesaca
Este bonito descenso termina al llegar a la no menos bella localidad de Lesaca donde tenía previsto comer y recuperar fuerzas. Y digo tenía previsto porque finalmente no lo pude hacer porque me olvidé el dinero en el coche y me tuve que conformar con comerme un par de chocolatinas que me dieron la suficiente energía como para llegar al final de la ruta.
Lesaca
El camino que seguí para salir de Lesaca fue una senda inciclable que durante un kilómetro me obligó a empujar la bici con un esfuerzo titánico que agotó las pocas fuerzas que me quedaban. Por ello, ha modificado en este punto la ruta para hacer esta subida por una carretera local.
Superado este último esfuerzo vamos a recorrer otra bonita vaguada, similar a la que nos ha llevado a Lesaca, donde circularemos por la vera de un arroyo que deberemos vadear varias veces hasta encontrarnos con la Vía Verde del Bidasoa a la altura de un caserío.
Senda que nos lleva a la Vía Verde del Bidasoa
Vía Verde del Bidasoa. El ferrocarril del Bidasoa nació en 1.898 como tren minero para comunicar Irún con las minas de Endarlatsa en Navarra. Su recorrido transcurría principalmente por la margen izquierda del Bidasoa y tenía una longitud de 51,5 km. En 1916 esta línea fue ampliada hasta Elizondo convirtiéndose en tren de pasajeros.  El 31 de diciembre de 1.956 realizó su último viaje. A lo largo del recorrido encontraremos magníficos paisajes de verdes, en ese camino podemos ver  nogales, abedules, eucaliptos, manzanos, prados salpicados de caseríos, pintorescos túneles, pueblos típicos e incluso algún búnker olvidado.
A pesar de recorrer el río Bidasoa esta Vía Verde es la menos interesante de las que hasta ahora he conocido. Quizás pudiera ser porque después de los parajes que se han atravesado en esta ruta, la vía verde es más sosa.
Vía Verde del Bidasoa
Esta vía no presenta grandes obras de ingeniería salvo 3 túneles y permite circular con comodidad por la vera del Bidasoa, a pesar de que en realidad vamos ascendiendo sobre el curso del río.
Estos aproximadamente 30 kilómetros de vía verde no tienen nada que ver con los 40 anteriores y se recorren a buen ritmo, incluso con la pájara que llevo desde el kilómetro 30. Y es que los rampones que me he encontrado en esta ruta me han dejado totalmente exhausto a mitad de recorrido.
Vía Verde del Bidasoa
La vía verde la pierdo al llegar a Santesteban, aunque el camino que me lleva hasta Legasa, en parte, también pertenecía al trazado del tren.
Legasa
Atravieso Legasa, cruzo el Bidasoa, la carretera NA-1210 y cojo un camino que pasa bajo la autovía para pasar junto al Parque de aventura de Bertiz.
Legasa
Por estos bonitos caminos rurales llego hasta Oieregi donde se encuentra el impresionante Puente de Reparacea.
Puente de Reparacea

Si cruzamos el puente encontraremos el bonito Palacio de Reparacea, ambos declarados bienes de interés cultural.
Palacio de Reparacea
No obstante, la ruta continúa sin llegar a cruzar el río tras atravesar una cancela y tomar un camino que nos lleva al Señorío de Bertiz, donde finaliza este día.
A la entrada del Señorío, junto a una pequeña gasolinera, se pueden observar algunos restos del trazado del antiguo ferrocarril.
Restos del trazado del ferrocarril


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